Se
dice que la vida es para vivirla y no creo que haya nadie en este mundo que
tenga argumentos suficientes para ir en contra de este concepto. En
momentos de cambios, más importante que saber lo que quieres, es saber lo que
no quieres hacer. Y eso te dirige hacia una nueva etapa que
se vislumbra como mejor por lo menos en ilusión por el futuro.
El retraso de la edad de jubilación es
un hecho insoslayable para sostener la cada vez más envejecida sociedad que en
tu micro mundo te rodea. Trabajaremos más años y quizá lo que uno comenzó siendo o haciendo en esa
larga carrera de fondo no sea lo mismo que cuando esta finalice. Porque es más
que probable que, a lo largo de esas más de cuatro décadas que se dedican de
media a trabajar, surjan nuevas inquietudes y se quiera dar un giro completo a la
profesión. Pero, ¿Cuál es el momento de hacerlo?
¿Hay una edad tope? ¿Te puedes reinventar
a los 40, quizá a los 50 o esperar al más allá?
”La calidad de vida lograda por el ser humano en las sociedades
occidentales a movido el listón de la ancianidad como concepto de desechable
para el mundo productivo. Atendiendo a los datos que puedes conseguir en
LinkedIn, la actualización de las competencias es algo normal en el panorama
actual, y cambiar de carrera o de perfil a los 40, 50, 60, no es ni
debilidad ni fortaleza, sino adaptarse a las demandas del mercado” o
simplemente al rumbo que le quieras dar a tu vida.
Sin embargo, tras haber alcanzado cierta madurez en
un puesto de trabajo o profesión y con una edad que ya hace tiempo que abandonó
la preocupación por el acné, dar un viraje profesional puede parecer vertiginoso, aunque hay un
momento en el que puede ser positivo para el enriquecimiento personal. Siempre que se trate de
una decisión voluntaria, esta debe tomarse ese día que sientas
que quieres aprender más y aportar con el cambio al mundo en donde te quieres instalar.
Pero, más allá de los intereses e inquietudes
personales, ¿las empresas ofrecen oportunidades para estos
profesionales que han dejado la juventud para entrar en una primera madurez? Contestar
a esta pregunta puede llegar a ser incongruente. La experiencia que es
solicitada con fervor por cualquier empresa a la hora de contratar a un
profesional se enfrenta al hecho de la edad, ¡Qué alguien me lo explique! Lo
que está sucediendo con el teletrabajo forzado por el corana virus de marras. Pero fuera como fueses gracias Covid alineado con la
tecnología es la primera vez en la historia que conviven
cuatro y hasta cinco generaciones en miles de compañías sin conocerse. “La diversidad debida a la edad es una gran ventaja
competitiva y no deja de ser una creencia injusta el pensar que a
partir de una cierta edad se está obsoleto o no sé puede aprender”.
Como perteneciente a la generación de los ochenta
en España, a eso que se le llamo la movida madrileña y que los que la vivimos y
fuimos parte de su creación nunca nos dimos cuenta de ello, pues la movida estaba en
todas partes sin necesidad de crearla. Para los que amen la historia reciente vivida recordarán que fue una época de ruptura de clichés, pues creatividad y profundidad
de pensamiento que colocaron la vieja España franquista en la nueva España
donde todo el mundo quería vivir y no estoy hablando de Sol y playa, sino de
calidad de vida basada en libertades lanzo al español como ciudadano de pleno derecho en el mundo.
¿Cómo esa generación que también es nativa en el
mundo de la informática, internet y la comunicación online, pues la creamos e
hicimos que se fundamentara en las sociedades actuales, se va a quedar fuera
por obsoletos? Claro que hay personas que no dominan el entorno digital, como
las hay también que no saben conducir un vehículo, pero que yo sepa no es por
una incapacidad generacional sino porque nos les dio la gana de aprender.
En eses sentido machotes y machotas de las generaciones
X o Mazinger Z, os adelanto que ya llegaréis vosotros a lucir nieves en las
sienes o una pulida calvicie, las dos tienen su aquel y atractivo, y os
molestará el atrevimiento de que te quieran colgar el cartelito de modelo en
retiro para el museo.
Bueno, no me voy a extender más por aquello de lo breve por bueno dos veces bueno. Seguiré metiéndome con el mundo mientras que él lo haga conmigo.
Por cierto; seguir el lanzamiento de mi novela La Candelaria. Y para los que les guste quemar pestaña léansela.
Nos vemos.
El Profe