¿El porqué de qué las empresas se hundan después de haber sido las líderes del mercado?

Absurdo de aquel que utiliza a la empresa como distintivo o medida del éxito empresarial, porque muchos empresarios triunfan tras el descalabro de su empresa cuando financieramente solo consiguieron convertirlas en débiles y mal estructuradas. Increíblemente también, después de esta sin razón, estos profesionales son capaces de sobrevivir en el mercado. Para que después me digan que los milagros no existen.

El empresario auténtico, moderno (no por joven), capaz, es un ser diferente a la empresa. El empresario es un ser altruista en ideas y también en buscar exclusivamente su beneficio, inteligente, capaz de evolucionar y con facilidad de adaptarse al entorno para sobrevivir. El empresario no es un ser idealista ni tampoco un oportunista lleno de egoísmo, sino un ser inteligente capaz de adaptarse a los cambios en el mercado aunque no los entienda, muchas veces disculpado absurdamente y por derivación, a que generacionalmente algunos digan que no les corresponde los tiempos tecnológicos que corren. No sé si realmente es un concepto excusable o simplemente una excusa.

Un altruista inteligente sobrevive mejor que un oportunista egoísta o un altruista torpe.

El empresario no es un mero instrumento para que la empresa funcione, sino al contrario; la empresa (un grupo de especialistas) es el instrumento que el empresario utiliza para moldear el futuro acorde con su sueño o su imaginación. Es decir, el empresario inventa nuevas empresas; crea nuevas instituciones, que no se parecen en nada a las existentes “pues sino no serían nuevas”, obvio por otro lado. El empresario es aquella persona que toma ciertas decisiones para que los acontecimientos sucedan. No es aquel que por más reuniones decisorias indefinidamente repetitivas solo dilata cualquier realización de no sé qué idea.

La empresa es un artefacto y el empresario su diseñador pero no su motor. La empresa debe funcionar sin que él sea necesario en toda decisión, es más, cuando él es el centro de todas las decisiones el ente deja de ser empresa y se convierte en aplebeyado. Por lo tanto, por serlo (el empresario el diseñador) no debe creerse en el derecho de opinar de todo, pues es obvio que no sabe de la globalidad de cuanto le rodea y muchas veces, más de las que parecen, no sabe de lo qué considera. Después, es fácil suponer cual es la consecuencia final que viene detrás de sus dictámenes.

Un emprendedor no es sino aquella persona que es capaz de diseñar una empresa y buscar personal capacitado para que haga lo que él no sabe hacer, que por cierto, normalmente es el 90% de lo que hay que hacer en una compañía, sino que pequeña es la compañía, algo que no es criticable porque por algún sitio hay que empezar, claro, pero no es a eso a lo que me refiero. Que nadie se ofenda, es que el respeto a “todos” los trabajadores y sus cargos, implica reconocer que contrató a personas que saben más que el emprendedor, jefe, dueño, directivo o virrey, en sus materias específicas.

Cuando un empresario diseña una empresa no olvida, ni ignora, las restricciones que le impone el entorno, tanto en el espacio como en el tiempo, o que devienen de acontecimientos fuera de su control. Aun así, estas limitaciones no dictan el modo de diseñar su empresa. Cuando un empresario bosqueja su empresa busca producir un efecto que sea provechoso en un entorno incierto, ante una ambigüedad de objetivos y en un teatro de representaciones. El empresario moderno intenta resolver problemas en un futuro impredecible, en busca de unos objetivos no muy claros y en un ambiente sobre el que es capaz de influir con sus decisiones. Por lo tanto no debe de anclarse en la realidad que le rodea y, repetirse en sus actos negociación tras negociación durante sus cacareados 20 o 30 años o más de experiencia. Debe saber que los tiempos han cambiado y para concretar objetivos, reducir incertidumbres y cambiar el entorno, debe entender que las canas pesan y la renovación obliga a sabia nueva, pues sino estas, las canas, pueden ser el motivo del fracaso aunque su acumulación en las sienes de su historia reciente, fuera el motivo del hasta ahora su éxito.

Por eso yo me pregunto en verdad con humildad ¿Por qué algunas personas que eligen ser empresarios no podrían actualmente ser profesionales competitivos de sus profesiones? y si es esa la realidad de muchos ¿Por qué se empeñan en decir lo que tienen  que hacer a los profesionales en ejercicio? ¿Por qué algunas personas analizan las posibilidades y las transforman en provechosas realidades y otras no? ¿Cuál es el modo de pensar de un empresario y cuál es el modo de decidir estratégicamente? ¿Por qué el modo empresarial de pensar es siempre una ventaja competitiva y no egocentrista aunque parece que ese día pocos fueron a clase cuando el profesor explico en organizar, mandar y saber de todo? ¿Piensan los empresarios del siglo XXI de modo diferente a como lo hacen los directores de empresa de escasos veinte años antes? ¿El haber sido director de empresa realmente te da actitudes y aptitudes para ser empresario? ¿Podemos estimular a otras personas a que aprendan a pensar al modo como lo hace un buen empresario? Creo que la cantidad de preguntas que se me ocurren convertirían este reportaje en libro y no es realmente el motivo, sobre todo porque sería insufrible con seguridad.
Cuando una sociedad no entiende a sus empresarios estos se marchan a otro lugar con sus ideas y el deseo de descubrir posibilidades. El motivo es fácil, no se puede entender el discurso fácil de muchos…: y la poca capacidad de ordenar su entorno a la hora de la verdad. Señores si queremos sobrevivir como empresarios en este cambiante mundo de la empresa globalizada, realmente debemos entender que tenemos que aprender a hacer algo diferente, renovador, que vaya con los tiempos y el mercado, y no seguir haciendo lo de siempre y en muchos casos ¡Hasta mal!

Cuando un empresario no entiende el modo de pensar de sus especialistas y se cree con la verdad absoluta de todo, aunque no entienda de los qué opina porque su preparación o formación no se lo permite (son muchas materias a opinar) y basta con el trono de supremo para tomar opiniones y más de un mercado fugaz mente cambiante como en el que tiene que competir él y su empresa, hablo del real mercado globalizado, es decir ni de allí, ni de aquí, ni de ningún lado, termina sucumbiendo por dejar de ser útil a su empresa y por supuesto a sus sueños.

Cuando una sociedad ve al empresario como a un oportunista, lleno de egoísmo y egocentrismo, en lugar de un altruista inteligente con capacidad de generar riqueza para los demás también, el mercado reorienta la búsqueda de posibilidades y busca a empresa con conceptos nuevos no basados en sus gustos o en lo tradicional, sino en las demandas de las nuevas conductas de la sociedad consumista.

Por favor, ayudemos a los empresarios a ponerse al día y que no hagan perder el tiempo a la sociedad a la que dan servicios. En el fondo, sin emprendedores los países no serían nada. Pero claro algo también tendrán que hacer esto para dejar sus viejos, mohosos y en desuso hábitos.


Espero que la reflexión no sea motivo para mi lapidación.

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