¿España en crisis o el empresario en crisis?




El empresario o directivo debe conocer y entender su entorno económico para saber cómo reaccionar ante estos cambios. 

¿Cómo debería reaccionar un responsable cuando se enfrenta a este panorama nada halagüeño?

No tengo la respuesta exacta, pero sí una reflexión al respecto. 

Durante estos años de dificultad hemos oído una y otra vez que los japoneses para representar gráficamente la palabra “crisis” utilizan dos conceptos unidos en su escritura, “peligro” más “oportunidad”.

La obra magistral china “El arte de la guerra” hace referencia a la visión de la oportunidad en un líder:
“No se puede designar para el mando a una persona desacertada… 

Un general incapaz de evaluar sus posibilidades de comprender las artes de la oportunidad y la flexibilidad, cuando se enfrente con la ocasión de atacar al enemigo avanzará a golpes y tropezones, mirando ansiosamente primero a la derecha y después a la izquierda, incapaz de preparar un plan”.

Lo más probable es que pierda la batalla.

¿No será que muchos de nuestros generales, empresarios, directivos, ejecutivos, no son conscientes de que están en esa actitud ante el problema general?

La crisis no solo se fundamenta en los resultados del año anterior, las previsiones para este año (sino se modifica la actitud nada desacertadas con seguridad), los precios, la financiación, el desempleo, entre otras muchas realidades adversas.

Las soluciones pasan por los infinitos perfiles de las empresas, sus sectores, su mercado y sus talentos. Pero sobre todo por la revolución del pensamiento.

La tecnología no solo ha generado herramientas y muchas, con las que encontrar una mayor capacidad de prospección, conocimiento y capacidades de afrontar y abrir mercados con mayores posibilidades de éxito, sino sobre todo, un cambio en la forma de entender el consumo por parte de los consumidores.  

¡Es imposible conseguir cambios realizando siempre las mismas acciones!, Manteniendo las mismas estructuras, no arriesgando con el temor a perder. ¡Este nunca fue nuestro perfil como Nación! Esa no es una filosofía de éxito en el comercio, de ahí que los japoneses se llenen de razón entre otras muchas razones ya demostradas de su forma de afrontar los retos, “crisis lleva  implícito el seudónimo de oportunidad”. ¡Basta ya! 
Un directivo que se precie no debe fundamentar la sostenibilidad de un negocio en unos costes coyunturales, sino que deberá evaluar la posible fluctuación en años venideros y la sensibilidad de los beneficios a las posibles variaciones de los precios, del mercado, en los movimientos de su competencia ahora activa, y sobre todo en la realidad de su porqué, la fibra muscular motivo y único centro neurálgico de los negocios el “consumidor”.

La tecnología, su entendimiento y dominio unido a su correcta utilización es uno de los secretos de la oportunidad a la que me refiero. Tecnologías a las que repetitiva y contantemente apuestan gigantes de las propias tecnologías como Microsoft, Apple, Google y Amazon, son las que hay que introducir en el pensamiento de nuestros dirigentes económicos y empresariales como vacuna ante el estreñimiento de ideas que estamos viviendo. Ante la crisis no hay huidas ni marcha en reversa. España ya no puede dar un paso más atrás ni para coger impulso.

¿Pero cómo vamos a solucionar esta realidad imposible de ser cuestionada de una forma global si las reducciones de plantillas tan necesarias en la mayoría de los casos no pasan también por la renovación de estas? Directivos con capacidades renovadoras y visión de futuro quedan fuera de juego ante los años y el poder de los consolidados que siguen actuando con conceptos congelados en las filosofías económicas del último cuarto de siglo pasado. Y no hablo de la renovación generacional que en algún caso será inevitable, sino la de aquellos que con su experiencia acumulada están capacitados para liderar los nuevos problemas con ideas realmente acordes con las realidades de sus retos empresariales.

Estamos permitiendo que la fuga de talentos se convierta en uno de los peligros derivados de este hecho. Alrededor de un 50% de directivos españoles, según un estudio del IE Business School, se plantea emigrar a países con más oportunidades de desarrollo profesional. El empresario español tiene que afrontar este reto para no perder el tren de la competitividad.

Si Viriato levantara la cabeza… ¿Se iría a batallar fuera?


Fuentes:
Fondo Monetario Internacional (http://www.imf.org)
“El arte de la guerra”, Sun Tzu