El empresario o directivo debe conocer y entender su entorno económico para saber cómo reaccionar ante estos cambios.
¿Cómo debería reaccionar un responsable cuando se enfrenta a este panorama nada halagüeño?
No tengo la respuesta exacta, pero sí una reflexión al respecto.
Durante estos años de dificultad hemos oído una
y otra vez que los japoneses para representar gráficamente la palabra “crisis” utilizan dos conceptos
unidos en su escritura, “peligro” más “oportunidad”.
La obra magistral china “El arte de la guerra” hace
referencia a la visión de la oportunidad en un líder:
“No se puede
designar para el mando a una persona desacertada…
Un general incapaz de evaluar
sus posibilidades de comprender las artes de la oportunidad y la flexibilidad,
cuando se enfrente con la ocasión de atacar al enemigo avanzará a golpes y
tropezones, mirando ansiosamente primero a la derecha y después a la izquierda,
incapaz de preparar un plan”.
Lo más probable es que pierda la batalla.
¿No será que muchos
de nuestros generales, empresarios, directivos, ejecutivos, no son conscientes
de que están en esa actitud ante el problema general?
La crisis no solo
se fundamenta en los resultados del año anterior, las previsiones para este año
(sino se modifica la actitud nada desacertadas con seguridad), los precios, la
financiación, el desempleo, entre otras muchas realidades adversas.
Las soluciones
pasan por los infinitos perfiles de las empresas, sus sectores, su mercado y
sus talentos. Pero sobre todo por la revolución del pensamiento.
La tecnología no
solo ha generado herramientas y muchas, con las que encontrar una mayor
capacidad de prospección, conocimiento y capacidades de afrontar y abrir
mercados con mayores posibilidades de éxito, sino sobre todo, un cambio en la
forma de entender el consumo por parte de los consumidores.
¡Es imposible conseguir
cambios realizando siempre las mismas acciones!, Manteniendo las mismas
estructuras, no arriesgando con el temor a perder. ¡Este nunca fue nuestro
perfil como Nación! Esa no es una filosofía de éxito en el comercio, de ahí que
los japoneses se llenen de razón entre otras muchas razones ya demostradas de
su forma de afrontar los retos, “crisis lleva implícito el seudónimo de
oportunidad”. ¡Basta ya!
Un directivo que se precie no debe fundamentar la sostenibilidad de un negocio en unos costes coyunturales, sino que deberá evaluar la posible fluctuación en años venideros y la sensibilidad de los beneficios a las posibles variaciones de los precios, del mercado, en los movimientos de su competencia ahora activa, y sobre todo en la realidad de su porqué, la fibra muscular motivo y único centro neurálgico de los negocios el “consumidor”.
Un directivo que se precie no debe fundamentar la sostenibilidad de un negocio en unos costes coyunturales, sino que deberá evaluar la posible fluctuación en años venideros y la sensibilidad de los beneficios a las posibles variaciones de los precios, del mercado, en los movimientos de su competencia ahora activa, y sobre todo en la realidad de su porqué, la fibra muscular motivo y único centro neurálgico de los negocios el “consumidor”.

¿Pero cómo vamos a solucionar esta realidad
imposible de ser cuestionada de una forma global si las reducciones de
plantillas tan necesarias en la mayoría de los casos no pasan también por la
renovación de estas? Directivos con capacidades renovadoras y visión de futuro
quedan fuera de juego ante los años y el poder de los consolidados que siguen
actuando con conceptos congelados en las filosofías económicas del último
cuarto de siglo pasado. Y no hablo de la renovación generacional que en algún
caso será inevitable, sino la de aquellos que con su experiencia acumulada están
capacitados para liderar los nuevos problemas con ideas realmente acordes con
las realidades de sus retos empresariales.
Estamos permitiendo que la fuga de talentos se
convierta en uno de los peligros derivados de este hecho. Alrededor de un 50%
de directivos españoles, según un estudio del IE Business School, se plantea
emigrar a países con más oportunidades de desarrollo profesional. El empresario
español tiene que afrontar este reto para no perder el tren de la
competitividad.
Si Viriato levantara la cabeza… ¿Se iría a batallar fuera?
Fuentes:
Fondo Monetario Internacional (http://www.imf.org)
“El arte de la guerra”, Sun Tzu