EL DESCONOCIMIENTO SOBRE LA UTILIZACIÓN DE LOS NUEVOS MEDIOS DE NUESTROS EMPRESARIOS Y SU INCORPORACIÓN EN BLOQUE AL MARKETING Y LA PUBLICIDAD.




HABLAMOS DE TRANSMEDIA Y EL MAL LLAMADO STORYTELLING O ARTE DE CONTAR HISTORIAS. 

“La transmedia no es la solución a todo lo que se viene, pero sí puede ser una oportunidad para explorar, experimentar, y generar nuevas oportunidades de negocio, para volver a la esencia del creador, del escritor, del contador de cuentos, del creativo auténtico, es sin duda una gran herramienta para sacarle la máxima funcionalidad a las redes sociales “contar una historia” sin importar desde qué plataforma lo hagas y dirigido a cualquier sector. Es una oportunidad para hacer creaciones colectivas y reunir a diseñadores de marketing, escritores, creadores de cine,  publicitarios, televisión, vídeo juegos, desarrolladores web o arquitectos de tecnología de la información, entre muchos otros. Y, finalmente, es la oportunidad para construir comunidades en torno a un proyecto y permitirles si así lo quiere la estrategia concretar e interactuar con el mismo”.
La transmedia nació con propósitos persuasivos, de comunicación de una idea, de un producto y también de comunicación y de vínculo emocional, de conexión emocional. Los relatos, las historias se están revelando como herramientas muy eficaces para concretar entre  personas pertenecientes a distintas redes sociales y para superar la brutal fragmentación de medios que tenemos que sufrir todos los que nos dedicamos a trabajar en comunicación.
Un relato es nemotécnico que ayuda a que todo el mundo lo recuerde, es el procedimiento de asociación mental de ideas, esquemas, ejercicios sistemáticos, repeticiones, etc., para facilitar el recuerdo de algo.



Un relato es algo lúdico que hace que se diferencie entre un montón de mensajes que constantemente están bombardeando los medios de forma cotidiana, sobre saliendo y haciéndolo apetecible para generar atención, un relato storytelling, una historia diseñada desde la transmedia, genera y tiene un contexto, es muy difícil romper un relato y eliminar su contexto, por lo tanto el contexto unifica a la audiencia sobre el mensaje, en este caso dentro de la historia.

El reto hoy en día con la saturación de comunicación es lograr superar esa fragmentación de contextos que hace que la información no tenga sentido. El relato conecta a personas de distintos hábitos porque trabaja con relaciones humanas con ideas básicas y conflictos básicos que interesa a mucha gente. Las claves de contar un buen relato da igual si es corporativo, si es de marca, si es un relato personal que contamos simplemente por el deseo de comunicarnos, las claves son las mismas. Un relato ante todo es una secuencia de acontecimientos, por lo tanto tenemos que pensar cual es el orden  a la hora de estructurar la información, qué cuento primero y como continuo con secuencias narrativas para conseguir el objetivo, transmitir el mensaje y con él conseguir otros objetivos.
Pero hay muchas maneras de ordenar la información. Después de la cadena de acontecimientos tenemos conflictos, y hay muchos tipos de conflictos. Un relato es interesante porque ilustra un conflicto que tiene un personaje, un ente, un sueño, y nuestra audiencia va a colocarse en el lugar de este y va a estar preguntándose que haría yo si estuviese en esa situación. Por eso un relato implica tanto, porque implica emocionalmente a la persona que le está prestando atención y le hace un seguimiento, lo hace parte de sus conflictos y se involucra en él. Un relato tiene que tener emociones un relato es 100% aséptico si es solo racional, un relato que no conecta emocionalmente no es un relato y por lo tanto será un fracaso comunicativamente hablando. Es difícil que en un grafico estático podamos construir algo narrativo, no imposible pero si difícil. Un relato son sensaciones y hoy por hoy tendemos a crear sensaciones principalmente por mensajes audiovisuales, principalmente las personas que trabajamos en los principales medios masivos.
Pero todo es suceptibles de contener emotividad, información, interés. Un edificio por ejemplo puede ser un relato, pues un edificio tiene también una reflexión, en su historia, contenido o construcción, todo está en saber generar la ficción que cree el interés de un grupo de personas diferentes pero que son capaces con afinidades desiguales a ser captadas por el mismo cuento sincero. El storytelling tiene la capacidad de inventar un nuevo concepto de redes sociales, publicidad y convocatoria. Por lo tanto es una gran herramienta de marketing, de publicidad e incluso de ventas.
Este concepto se genera desde la confianza del fanático, consumidor o espectador da igual el concepto, o el nuevo nombre que le queramos dar, y siempre desde la verdad al contrario de la concepción que tradicionalmente hemos aprendido sobre la publicidad unidireccional que se ha estando utilizando durante el anterior siglo ahora desvaneciéndose por no aceptada. La verdad cultural que el consumidor comparte actualmente nace de un posicionamiento por encima de la empresa y de la marca, y con lo cual del mensaje publicitario que no se considere verdadero, confiable y hasta familiar.
Un relato tiene que aportar sentido a nuestras vidas, nos ayuda a relacionarnos, a vivir, a crecer, a conocer, a sentir, a comunicarnos con los demás y a solucionar probablemente nuestros problemas, nuestros conflictos, quizá esa sea uno de los motivos por lo que uno lee un libro, ve una telenovela o escucha un serial radiofónico. La información no solo llega por mensajes corporativos o de marca, quizá esa forma de pensar exclusivista hasta hace ligeramente ayer, se ha caído ante la capacidad de decisión y de crear información masiva de igual a igual del propio consumidor.
El espacio del entretenimiento pasivo sin ninguna posibilidad de interactuar sobre la historia ha pasado al olvido, el consejo publicitario que más que consejo era obligación, “¡Es lo que hay!” también ha pasado a ser una necedad ante la capacidad de absorber información, sopesarla y compararla con la que las nuevas tecnologías han influenciado al consumidor en su raciocinio consumista. Por tanto los viejos esquemas de información están sucumbiendo ante la realidad que impera en los mercados, obviamente del mundo desarrollado, aunque muchos directivos de nuestra piel de toro se nieguen a asimilar es una realidad incontestable e irreversible ya "incluso" en nuestro amado y exclusivo País.